Revalorización de Subproductos y Economía Circular en Sistemas de Producción Agroalimentarios

Tendencias del mercado | 24-10-2018

El sector agroalimentario se prepara para afrontar grandes retos en relación con el uso eficiente de los recursos.

Las últimas estrategias empresariales están basadas en los conceptos de “economía circular en sistemas de producción” y de “aprovechamiento o revalorización de subproductos” que a su vez están sustentadas en políticas públicas orientadas hacia modelos convergentes de economía circular, con objetivos de mejora de la sostenibilidad y competitividad de las cadenas agroalimentarias.

Una Europa que utilice eficazmente los recursos” es una de las siete iniciativas simbólicas que forman parte de la estrategia Europa 2020, que pretende generar crecimiento inteligente, sostenible e integrador.

Esta iniciativa ofrece un marco de medidas a largo plazo, y otras a medio plazo, entre las cuales ya está identificada una estrategia destinada a convertir a la UE en una “economía circular que persigue una disminución sustancial de los residuos y una mejora en su gestión. Para ello, la regla de las tres R es clave: primero reducir todo lo posible los residuos, en segundo lugar, hay que intentar reutilizar el generado y, para terminar, reciclar el resto.

A nivel mundial, en torno a un tercio de todos los alimentos producidos se pierde o desperdicia en algún punto de la cadena alimentaria.

En la Cumbre Mundial de la Alimentación celebrada el pasado 2017 organizada por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) sobre “El futuro de la alimentación y la agricultura: tendencias y desafíos” se identificaron los desafíos necesarios para alcanzar la estabilidad alimentaria y la disponibilidad de alimentos y se propuso una hoja de ruta para reducir el 50% del desperdicio alimentario para el 2050.

Entre los retos que se plantean, sobresalen distintas actuaciones, por ejemplo, la valorización de los residuos en las diversas etapas del proceso productivo y la logística, o la utilización de los productos de desecho como materia prima de partida para síntesis de productos de un mayor valor añadido.

 

De acuerdo con la información publicada por el MAPAMA (Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio ambiente), a nivel estatal, alrededor del 42% del desperdicio alimentario es doméstico, seguido del 39% en la industria y del 14% en restauración, siendo el resto imputable a la distribución y al sector primario. En el caso de la industria, el valor es significativo y se debe, entre otros motivos, a la necesidad comercial y operacional de homogeneizar los productos, eliminando de la cadena todo aquello que no responda a unos estándares de calidad, aspecto y forma, por lo que la incorporación de nuevas tecnologías más versátiles y capaces de minimizar dichas pérdidas.

En España, merece especial atención la reciente iniciativa de futuro sostenible “España Circular 2030” y la estrategia “Más alimento, menos desperdicio”, dirigida a reducir las pérdidas y el desperdicio alimentario y a la valoración de los alimentos desechados, y a fomentar técnicas de consumo responsable y eficiente.

Otro ejemplo reciente, que permite avanzar hacia una economía circular y reforzar su compromiso, es la aprobación y publicación de una nueva norma para facilitar el aprovechamiento de los subproductos de la industria alimentaria en alimentación animal, la cual permite que sea la propia industria quién decide si su subproducto cumple las normas de seguridad o no, y si, por tanto, se mantienen en la cadena alimentaria vía pienso, o se gestiona como residuo (Ley de residuos y suelos contaminados).

Este mes de septiembre, la Junta de Andalucía ha aprobado la “Estrategia Andaluza de Bioeconomía Circular Horizonte 2030”, que establece las políticas autonómicas para impulsar esta nueva forma de producción y consumo sostenible basada en el aprovechamiento integral de los recursos biológicos generados por los sectores agroalimentario, pesquero y forestal para la fabricación de productos de valor añadido, la generación de bioenergía y la prestación de nuevos servicios.

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2 Comentarios

    Edwin Francisco

    Buenísimo es una forma de aprender y aprovechar mejor los recursos ser más eficientes y contribuir a la mejora del medio ambiente

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