Entrevista a José Antonio y Mario, Investigadores de la UGR

En nuestro afán por seguir aprendiendo de, y con, personas de nuestro entorno, hoy, en “Personas que nos inspiran” tenemos la suerte de haber hablado con dos investigadores de la Universidad de Granada (UGR). José Antonio Vellido es Investigador en la UGR en el Departamento de Ingeniería Química; y Mario Pulido es Investigador Doctor en la UGR en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular

·

Ambos nos ofrecerán una visión desde un prisma que aún no habíamos tratado en el Blog. ¡Así que adelante, que empezamos!


·

Habladnos un poco de cómo habéis llegado a ser investigadores: el por qué, el cómo y el para qué; y en qué proyecto estáis actualmente

·

José Antonio: A decir verdad, prácticamente desde el comienzo de mis estudios universitarios me “picó el gusanillo” de la investigación. Fue la Profesora de Química analítica Dña. Ana María García Campaña quien, durante la revisión de un examen, me habló sobre el mundo de la investigación y la posibilidad de solicitar distintos tipos de becas para iniciarse en el mismo. Desde aquel momento tuve claro que tenía que esforzarme al máximo para dar lo mejor de mí, tenía que intentar ser el mejor: solamente así podría competir en el difícil mundo de las becas y de la investigación. Fue así como en mi último año de carrera tuve mi primer contacto con este “mundillo” al conseguir una beca de iniciación a la investigación, del Plan Propio de Investigación de la Universidad de Granada.

No sé si fue casualidad o es que ése era mi destino; lo cierto es que uno de esos miles de currículos que eché recibió respuesta. Me propusieron realizar un doctorado con ellos y me incorporé al grupo de investigación TEP-025 “Bioprocesos” que dirige el profesor Martínez Férez en el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad. El trabajo de mi Director de Tesis gira en torno a las emulsiones alimentarias enriquecidas en ácidos grasos poliinsaturados omega-3. Los que han demostrado tener efectos beneficiosos cuando son consumidos por pacientes oncológicos, siendo capaces de sensibilizar las células tumorales frente a los tratamientos, haciéndolos más efectivos.

Mario: La trayectoria como investigador creo que empieza a gestarse antes de que uno se dé cuenta. Sin saberlo, te has ido encaminando hacia una curiosidad innata que caracteriza a una gran mayoría de investigadores. Es durante la carrera, cuando te vas dando cuenta de que el conocimiento que te aportan no es suficiente y empiezas a preguntarte más cosas y más complejas de las que estás recibiendo en el aula. Al final, con el tiempo y si tienes suerte como yo, encuentras a algún investigador por el camino que te hace ver que realmente esa avidez de conocer no te pasa sólo a ti y que puedes tratar de dirigir tu vida a la investigación.

El porqué es difícil de explicar, porque muchas veces me lo he preguntado. No es un hecho ambicioso, pues no es desconocido para nadie que de la ciencia en España es muy difícil vivir, pero creo que es una actitud, una forma de ver las cosas lo que te lleva a querer ser investigador.
Finalmente, obtuve una beca FPU que me permitió hacer de una forma más que desahogada los 4 años de doctorado en Nutrición Humana en el Departamento de Bioquímica y Biología Molecular II e Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos José Mataix-Verdú, ambos en la Universidad de Granada. Aunque eran 4 años de doctorado, cuando recibí la beca, ya llevaba casi 2 trabajando en el laboratorio, contratado como investigador en formación con distintos proyectos que iban saliendo con multinacionales.

El “para qué” es casi tan difícil de explicar como el porqué, pues muchas veces, después de horas y horas de duro trabajo, te das cuenta que no ha salido lo que buscabas y otra vez a empezar de nuevo. Es ahí donde te entran las dudas, lógicas, de para qué haces esto. Al final, te das cuenta de que estás haciendo una labor social y casi siempre en un segundo plano. Tratas de hacer mejor la vida de las personas y te centras en generar conocimiento de verdad que permita por ejemplo tratar a una mujer con cáncer de mama y la cure, o que al menos no pase por unos efectos secundarios terribles… sin importarte en absoluto el valor económico que vas a generar, sino el mero hecho de que a eso has contribuido tú. La verdad es que esa sensación, junto con la posibilidad de desarrollar y llevar a cabo tus propias ideas es unas de las mejores y exclusivas facetas que tiene la investigación.

¿Qué trabas o dificultades habéis encontrado hasta llegar a la situación en la que estáis actualmente?

·

José Antonio: La financiación y la falta de becas. El solicitar una y otra vez una beca, y otra, y otra más,… y que todas ellas te las denieguen. Y mientras tanto, ver cómo multitud de compañeros de carrera encuentran trabajo en la empresa privada o salen al extranjero buscando una mayor suerte adquiriendo cierta estabilidad. Pareces chocar contra un muro infranqueable y se vuelve frustrante, pero parece que “el que la sigue la consigue”, ¿no?.

Mario: Pues empezando por las burocráticas, que son muchas, hasta llegar a las situaciones de espera interminables que pasan desde un periodo a otro, que creo que son las que verdaderamente impactan sobre la continuidad o no de un investigador. Eso claro está sin contar los recortes presupuestarios que han afectado a todos los niveles de la investigación.

¿Qué papel creéis que tiene vuestro conocimiento en la evolución de la industria alimentaria?

·

José Antonio: Mi investigación intenta avanzar en el campo del alimento funcional: aquel que no solo intenta satisfacer las necesidades nutricionales del cuerpo humano y saciarnos sino que, además, tiene algún efecto beneficioso sobre la salud. Concretamente, mi trabajo, más que avanzar en el campo de la alimentación como tal (de una persona sana), está más orientado al campo de la nutrición clínica (para personas enfermas).

Mario: Creo que no pueden darse el uno sin el otro. La industria promueve que se haga y el investigador trata de averiguar cómo. Nuestro papel principal es desarrollar nuevos alimentos que puedan tratar enfermedades, que mejoren las propiedades saludables de los mismos y las potencien.

¿Creéis que las empresas de I+D+i, las universidades y los centros tecnológicos deberían potenciar las alianzas con las empresas de alimentación?

·

José Antonio: Sin duda. Aunque no solamente en este sentido, también en el contrario; es decir, que las empresas de alimentación también deberían de potenciar las alianzas con las empresas de I+D+i, las universidades y los centros tecnológicos. Bajo mi punto de vista, la investigación debe verse como un servicio a la sociedad y, en último término, debe redundar de forma positiva en ésta. Ese conocimiento debe ser transferido y explotado por la industria, al igual que la industria siempre debe intentar innovarse, reinventarse y aprovechar ese nuevo conocimiento para avanzar.

Mario: No sólo con las empresas de alimentación, sino crear auténticos centros de recursos compartidos  entre todos ellos. El verdadero avance viene cuando todo se pone en común, incluido el conocimiento. El problema viene cuando se intentan repartir los beneficios, que es difícil llegar a un acuerdo de qué le corresponde a cada uno.

¿Qué opináis de la alimentación oncosaludable?

·

José Antonio: Trabajo en ello y lamentablemente, el cáncer es una de las enfermedades “de moda” del siglo XXI con una tasa de mortalidad bastante elevada. Cualquiera de nosotros, si no lo ha vivido en primera persona, conoce a familiares, vecinos o amigos que padecen o que han padecido esta enfermedad que, a día de hoy, cuenta con porcentajes de curación bastante reducidos. Por tanto, debemos continuar investigando y luchando contra ella de cualquier forma que esté a nuestro alcance y, si la alimentación puede tener que decir algo al respecto, ¿por qué no aprovecharlo?.

Mario: Pues como me he dedicado a indagar y potenciar este concepto durante toda mi experiencia como investigador, estoy firmemente convencido de que verdaderas campañas que potencien el consumo de alimentos oncosaludables harían descender la incidencia y morbimortalidad asociada, además de disminuir el gasto hospitalario y farmacéutico y mejorar la calidad de vida.

¿En qué proyecto de alimentación os gustaría trabajar?

·

José Antonio: Indudablemente, entre todos los posibles, en el que trabajo. Lamentablemente, el cáncer también ha golpeado duramente a mi familia. De hecho, cuando mi director de Tesis me propuso trabajar en este tema, mi madre padecía un linfoma y se encontraba en tratamiento quimioterapéutico. Quizás, ella fue el motor que hizo que no me lo tuviese que pensar demasiado. Quería ayudarla, quería ayudar a todas aquellas personas que padecen esta maldita enfermedad y si mi formación, mi trabajo y mi esfuerzo durante todos estos años de estudio podían aportar un minúsculo grano de arena para avanzar sobre este tema, para desarrollar y optimizar nutrición clínica para este tipo de pacientes, ¿cómo iba a negarme? Para mí, ellos se lo merecen todo.

Mario: Por suerte, he trabajado en proyectos de mucho calibre y orientación, pero dado que mi tesis fue el primer ensayo clínico que evaluó el hidroxitirosol (fenol del AOVE) como antitumoral, me gustaría avanzar en el conocimiento del mismo, pues es una molécula muy prometedora y aún nos queda un largo camino para mejorar Biodisponibilidad y potenciar su efecto en humanos.

·

 

Tags: , , ,

¿Nos dejas tu comentario?