Los beneficios de invertir en Innovación y Desarrollo desde un punto de vista económico son muy diversos. Desde hace mucho tiempo hemos escuchado las ventajas que tiene realizar innovaciones dentro de las empresas, desde diversos aspectos, ya sean innovaciones tecnológicas, en la imagen de la empresa o marcas, o en innovación en el desarrollo de productos, sea cuál sea el sector.
Ya sabemos que hacerse un hueco en cualquier mercado donde casi todo está inventado no es fácil, hace falta imaginación, y principalmente pensar cómo podemos satisfacer, y sorprender a un cliente sobre-informado, y que tiene una variedad inmensa de elección en los diferentes canales de distribución para adquirir lo que realmente desea. Un principio básico en marketing, es que para obtener un espacio relevante en nuestro mercado necesitamos llegar los primeros. Esto se consigue con una buena estrategia, en la cual tenga cabida la innovación, a través de ésta se logra la diferenciación, y cómo hemos dicho tendremos la posibilidad de obtener la “pole position” en nuestro mercado. Básicamente, nos lleva a una gran ventaja respecto a la competencia. A continuación, se muestra una gráfica de las fases de desarrollo producto.
Invertir en I+D contribuye a poder ser el primero en detectar una necesidad. Con ello, logramos diferenciarnos del resto de empresas del sector. Se consigue un mejor posicionamiento como empresa en el mercado.
La inversión en I+D da lugar a la creación de productos únicos, mejora en los procesos de producción. En definitiva, mejora de la productividad.
Hay una creencia equivocada de que únicamente las grandes empresas son las que recurren a inversiones en desarrollo de productos. Pero, son cada vez más las Pymes que recurren a esta forma de estrategia en sus empresas, para diferenciarse de las demás de su sector. Son estas en el mayor número de casos las que salen victoriosas de esta competencia, un proceso tecnológico nuevo, un producto novedoso crea nuevas posibilidades de crecimiento.
Cómo factor también a tener en cuenta, es que las empresas que deciden invertir en I+D, pueden acogerse a incentivos fiscales y fondos públicos cómo ayuda a la inversión.
Innovar es clave para la internacionalización. No todos los productos son válidos, ni suficientemente atractivos para ocupar un hueco en el mercado internacional, se necesita conocimientos del entorno, de competencia. Por tanto, los beneficios de invertir en Innovación y Desarrollo, minimizan los riesgos de que nuestro producto pueda tener éxito.
Una idea para esclarecer la toma de decisiones, sobre la inversión en materia de I+D, es pensar como los países que más invierten en innovación, desarrollo e investigación son los países más desarrollados. Estos suelen disponer de los mejores niveles económicos. A través de este gráfico, observaremos como los países más desarrollados, son los que más han gastado en I+D.
En este sentido, podemos extrapolar esta idea de gasto de los países a las empresas. Como vemos en el gráfico, observamos que los países que dedican una mayor cantidad de recursos en investigación y desarrollo, son países con mayores niveles de riqueza.
Esto tiene dos reflexiones. La primera, la innovación enriquece a los países, segunda, los países ricos invierten en innovación. La realidad nos dice que los países ricos invierten en innovación, porque saben que ese es el camino para crecer. Esta idea basada en países, que la utilizamos para las empresas, favorece a estas en la diversificación, diferenciación, eficiencia en los recursos disponibles, disminución de costes, atracción de fuentes alternas de inversión, acceso a nuevos mercados.
Un modelo económico ligado a la I+D+i se muestra más resistente, a la hora de sufrir los estragos de una crisis económica. Una apuesta decidida por la inversión y el desarrollo, provoca una mayor productividad científica y tecnológica. Por tanto, un mayor número de productos de alto valor añadido susceptibles de ser patentados. Una ventaja que tiene apostar por una estrategia en inversión de innovación y desarrollo, es que las crisis, como la que vivimos recientemente, es inversamente proporcional al grado de desarrollo tecnológico de una país o empresa, como queremos demostrar.
Los países o empresas cuyo modelo económico está más ligado al I+D+i se muestran más resistentes a la hora de sufrir los estragos de una crisis económica. De este modo no debe sorprendernos la presencia casi nula de Grecia y Portugal y la aportación poco representativa de países como Italia o España. La conclusión es clara: es imprescindible trabajar en la construcción de un tejido empresarial basado en servicios innovadores y competitivos.