Con la diversidad como punto de partida, la cerveza artesanal ha logrado hacerse un hueco en el mercado español, donde su consumo se consolida a un ritmo rápido. Este avance se refleja no sólo en la aparición de microcervecerías, que apuestan por el desarrollo de sabores sorprendentes a partir de nuevos ingredientes, sino que las grandes compañías también empiezan a mostrar su interés por este segmento.
La cerveza es una bebida con una gran cantidad de matices y posibilidades. El consumo de cerveza en España forma parte de la tradición, cultura y dieta mediterráneas. A pesar de ello, las nuevas tendencias están haciendo que se desarrollen formas nuevas de tomar esta bebida. En los últimos diez años, las cervezas sin alcohol, las premium y las citadas cervezas artesanas, han conseguido posicionarse en este sector.
– Las cervezas sin alcohol y las nuevas cervezas 0,0% son dos propuestas elaboradas para disfrutar de todo el sabor de la cerveza sin alcohol. La llegada al mercado de la bautizada cerveza 0,0% es debido al intento de las marcas cerveceras de ofrecer una bebida elaborada con los mismos ingredientes con los que se elabora la cerveza tradicional, pero con un contenido muy bajo o sin alcohol. Por mencionar algunas marcas, Buckler 0.0% alcohol de Heineken, Damm FREE sin alcohol o San Miguel 0,0%, son algunos de los ejemplos implantados con éxito en el mercado.
– Por otro lado, la cerveza de calidad superior o premium es aquella cerveza cuidada y distinta de otras en sus ingredientes o procesos de fabricación. Entre ellas podemos citar marcas como Alhambra Especial, Amstel Premium, Estrella del Sur Premium (Damm), entre otras.
La base de datos Mintel-GNDP posiciona estos dos tipos de cerveza (sin alcohol y premium) junto con la cerveza sin pasteurizar (artesana), a la cabeza de lo que la gente busca y consume actualmente.
Desde que en 1537 se instaló en Madrid la primera fábrica de cerveza (una fábrica artesanal pensada para elaborar cerveza para el rey Carlos I), su consumo no ha dejado de crecer en popularidad. Según la Agencia Tributaria, el consumo de cerveza en España alcanzó el año pasado su máximo histórico con una comercialización de 3.538 millones de litros de cerveza. Estos datos han permitido que España continúe como el cuarto productor de cerveza de la Unión Europea por debajo de Alemania, Reino Unido y Polonia. En España el consumo de cerveza es de 46,3 litros por persona, de los cuales según el último informe de Cerveceros de España (2014), el 64% se consume en hostelería y el 36% en el hogar.
El mayor consumo de cerveza en España se encuentra en Andalucía. Por sus altas temperaturas, es aquí donde emerge con mayor fuerza el boom de las cervezas artesanas. No todas están incluidas en las cifras oficiales del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. En el Registro General Sanitario hay inscritas alrededor de 320 microcervecerías.
Los seis principales grupos cerveceros en España son:
– Mahou (Mahou, San Miguel, Alhambra, Reina, Sureña)
– Heineken (Heineken, Cruzcampo, Amstel, Buckler, Sol, Desperados, Legado de Yuste.)
– Damm (Estrella Damm, Estrella Levante, Estrella del Sur, Turia)
– Estrella Galicia
– Compañía Cervecera de Canarias
– Zaragozana
Sin embargo, la elaboración de cerveza artesanal por parte de las microfábricas y productoras independientes sigue aumentando con buen ritmo.
El sector de la cerveza en general espera superar los 35 millones de hectolitros de producción, manteniendo su posición como cuarto productor europeo y décimo mundial. De esos, 100.000 hectolitros serán de cerveza artesanal, que espera aumentar su cuota de mercado un 33%.
En los últimos años, el auge de la cerveza artesanal se ha ido introduciendo en todos los segmentos del mercado. Lo que los pequeños cerveceros buscan es atraer a los paladares más exigente. Se entiende por artesana una cerveza sin pasteurizar, la cual se está relacionando cada vez más con la alta gastronomía. Esta unión ha generado una nueva corriente denominada «gastrocervecerías».
La conservación de la cerveza artesanal dista mucho de la industrial. La ausencia del proceso de pasteurización en su elaboración, condiciona la durabilidad de la bebida y exige condiciones ambientales estables para mantener su calidad. Por ello, las principales diferencias entre la cerveza artesanal e industrial básicamente se encuentran en el proceso de elaboración, en la calidad y variedad de los ingredientes y en la fórmula del maestro cervecero.
Como ya se sabe, la cerveza tiene básicamente cuatro ingredientes principales que son:
– Agua
– Malta
– Flor del lúpulo (responsable del aroma y amargor característico, además de actuar como un poderoso conservante natural)
– Levadura (responsable de transformar en alcohol el azúcar que existe en el mosto de la cerveza).
Los principales sabores que se han incorporado a la cerveza artesanal en el 2016 (Mintel GNPD), limón, frambuesa, especias/picante, pomelo, manzana, flores, chocolate, calabaza, miel, jengibre, canela, naranja, café, cacao y un largo etcétera, todo con el fin de proporcionar cervezas versátiles e innovadoras.
La incorporación de nuevos ingredientes es uno de los factores de éxito del sector de la cerveza artesana, ya que permite una variedad de estilos en su elaboración. Otro de los factores de éxito son los costes poco elevados al empezar el negocio artesanal en casa.
Citamos a continuación algunas de las cervezas artesanales que han alcanzado una mayor popularidad en el mercado español:
– Enigma (Alcalá de Henares, Madrid). Cerveza estilo Brown Ale de color tostado oscuro. Posee un suave aroma a malta tostada y regaliz, con notas a café y chocolate. 5,5 % de alcohol en volumen.
–Goose (Segovia). Cerveza que rinde culto a las Pale Ale estadounidenses aunque sin perder el acento castellano. Sus aromas florales y sabor a malta se deben a la combinación de tres tipos de lúpulo y a la pureza del agua de la sierra de Guadarrama. 4,5% de alcohol en volumen.
–Grana (Murcia). Cerveza añeja de color caoba, aroma afrutado, caramelo y toffe que le aporta la malta. En boca se intensifica el dulzor y presenta notas caramelizadas así como un ligero amargor proveniente del lúpulo. 5,4 % de alcohol en volumen.
–Gredos Cerveza (Ávila). La microfábrica de Hoyocasero emplea el agua de la sierra de Gredos. También utiliza lúpulos, cebada malteada, levaduras y un pequeño porcentaje de whisky de malta para su elaboración. 6,4% de alcohol en volumen.
–La Sagra blanca de trigo (Toledo). Es una rubia de alta fermentación. Posee una expresión afrutada, floral y a cítricos. Esto hace que sea refrescante en el paladar, con matices exóticos por la piel de naranja y las semillas de cilantro. 5,2% de alcohol en volumen.
–La Virgen de castañas (Madrid). Edición especial de La Virgen, limitada a los meses de invierno. Es una cerveza de alta fermentación, en su proceso emplean castañas asadas al fuego y peladas a mano. Presenta un color ámbar oscuro, espuma blanquecina, aromas ahumados y especiados y con sabor moderadamente amargo, con notas de frutos secos. 6,5% de alcohol en volumen.
–Maier Especial Aniversario (Cádiz). Cerveza de edición especial. Está concebida con motivo del primer aniversario de la marca Maier, la primera artesana gaditana. 8 % de alcohol en volumen.
–Milana Bonita (Valladolid). Elaborada con tres variedades de malta y cinco de lúpulo. Evita los filtrados y pasteurización. Esta Pale Ale tiene aromas frutales con un sabor amarga al final. 6,1% de alcohol en volumen.
–Santa Faz Rubia (Alicante). Turbia con color dorado intenso, aroma floral y cítrico con notas a limón y jazmín. Estos aromas provienen de los lúpulos cítricos seleccionados, así como el cilantro y la piel de cidra. 4,8 % de alcohol en volumen.
–Socarrada (Valencia). La Socarrada es una cerveza artesana premium, de triple malta y doble fermentación natural. Es conocida por su carácter mediterráneo y aromas a miel y romero. 6% de alcohol en volumen.
Desde que las primeras cervezas artesanales se empezaron a embotellar, ha surgido la pregunta de si su puesta en el mercado es sólo una moda (que desaparecerá) o el comienzo de este mercado (con la posible fusión de pequeñas fábricas). Ésta última opción sería la menos dramática para los fabricantes. Podrían perder su identidad a cambio de un negocio más viable.
El negocio de la cerveza artesana no es igual al de la cerveza tradicional. Lo que sí está claro que su influencia es cada vez mayor y las grandes empresas quieren estar presentes. Ya no hace falta ir a locales cerveceros especializados para tomar cervezas artesanas si no que bares de toda la vida están apostando por una mayor variedad de botellas y grifos de cerveza artesanal.
Queda claro que la cerveza artesanal se ha hecho un hueco en el mercado. Ha generando un importante crecimiento en el consumo y la creación de microfábricas. Esto ha despertado en España un gran interés por estas bebidas, acercando a los consumidores a un producto de calidad, elaborado con arte e ilusión.
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