Cada vez es más ingente la cantidad de información disponible que existe sobre las dietas. Los consumidores de hoy en día buscan estar saludables, y la flexibilidad es clave cuando se trata de hábitos alimenticios con usuarios que están abiertos a probar diferentes opciones saludables.
Los consumidores están reevaluando sus dietas, prestando más atención a los componentes nutricionales en un intento de tomar el control de su salud. Definen su propio concepto de “saludable” y crean su dieta personalizada, así como su tabla de ejercicios.
Los hábitos dietéticos están cambiando, y las tendencias se renuevan en el mundo de la alimentación saludable. Los consumidores de hoy en día apelan por el “free-from”, productos que se ven libres de componentes como el gluten, la lactosa o otras intolerancias alimenticias. El claim “apto para” se está dirigiendo cada vez más a personas intolerantes a la lactosa, al glúten, a vegetarianos y veganos, diabéticos e incluso a productos halal y kosher.
Porcentaje de lanzamientos globales de comida y bebida con el claim “apto para”, por año, desde Mayo de 2010 hasta Abril de 2015. (Fuente: Mintel)
El mundo de la alimentación saludable se adapta así a la sociedad de hoy en día, creando diferentes tipos de dietas que se adaptan cada vez más a cada tipo de consumidor. Se pueden destacar las siguientes tendencias, que a su vez es importante a tener en cuenta especialmente en el lanzamiento de nuevos productos:
– Dieta Detox. Los malos hábitos alimenticios, un estilo de vida con mucho estrés o la exposición a la polución ha creado una oportunidad para productos que apelan al deseo del consumidor de “desintoxicarse” y limpiarse desde dentro. La mayoría de los claims “detox” se pueden encontrar en bebidas como tés y zumos, lo que representa una clara oportunidad en el mercado en lo que podrían ser productos sólidos de este tipo, cada vez más demandados.
– Dieta 5.2. Dietas de efecto rápido como la 5.2 se han promocionado como una forma de limpiar el cuerpo, tanto de forma física como espiritual. La puesta en práctica de esta dieta implica la ingesta, durante dos días no consecutivos, de menos de 500-600 calorías, comiendo con normalidad los cinco días restantes. La dieta 5.2 induce a la pérdida de grasa, la reducción del colesterol y mejora la presión sanguínea y la sensibilidad a la insulina.
– Dieta Eco-Atkins. Supone una versión vegana de la dieta Atkins. Promueve una dieta rica en proteínas derivadas de los vegetales, incluyendo además gluten, soja y nueces. La fuente principal de grasas se concentra en aceites vegetales, incluyendo algunos carbohidratos procedentes de la avena, la cebada y vegetales bajos en almidón. La dieta Eco-Atkins está ganando mucha popularidad debido al incremento de la población vegana y vegetariana.
– Dieta “Paleo”. Conforma su base en las comidas que existían en la era del Paleolítico. Es una dieta esencialmente alta en proteínas, y baja en carbohidratos. Sostiene que comer lo que comían nuestros antepasados es lo más saludable, basándonos en alimentos crudos o mínimamente procesados. Las legumbres, los granos (arroz), los productos lácteos, el azúcar refinado y los alimentos procesados no están permitidos en esta dieta.
– Dietas bajas en carbohidratos y alto contenido graso (LCHF). Se centran en la reducción de hidratos de carbono mediante la restricción de la ingesta de azúcares y almidones. Este tipo de dieta promueve una gran ingesta de grasas, a diferencia de otras que se centran en las proteínas. Esta práctica fuerza al cuerpo a utilizar la grasa como fuente principal de energía, un estado psicológico conocido como ketosis.
– Variantes de la dieta Mediterránea.
o Dieta antiinflamatoria. La finalidad de esta meta es reducir la inflamación crónica para prevenir enfermedades causadas por la misma. Supone comer productos ricos en fitonutrientes, omega-3s, vitaminas, minerales y agua, los cuales mejorarán la salud física y mental y reducirá las enfermedades propias de la edad.
o Dieta nórdica. La dieta nórdica emula la dieta mediterránea, pero utiliza ingredientes locales nórdicos, como el pescado, frutos secos, legumbres, frutas, bayas, verduras crudas, las carnes de caza y avena
o Dieta MIND. Es una combinación de la dieta mediterránea y de un matiz alimenticio enfocado a detener la hipertensión, focalizada en consumir alimentos buenos para el cerebro y evitar aquellos que lo limitan. Se ha comprobado que este tipo de dieta reduce el riesgo de sufrir Alzheimer en el futuro en una mayor proporción que la Mediterránea.
Por eso, resulta clave seguir las tendencias dietéticas si se está buscando el lanzamiento de un nuevo producto alimenticio, ya que todas estas inclinaciones vienen al final dictadas por el consumidor final.