El mercado está continuamente ofreciendo nuevos productos alimentarios. Las opciones en alimentación están cambiando. La mayoría de los nuevos alimentos se inclina por el «veggie friendly», es decir, opciones que incluyen a vegetarianos, veganos y flexitarianos.
Estamos asistiendo en primera persona a una auténtica revolución en las formas de consumo. Lo que hace diez años era una minoría de colectivos muy concretos, se ha convertido en un cambio representativo de la población. Estos cambios se pueden observar en las propias marcas cárnicas tradicionales, que están impulsando gamas de productos 0% origen animal. Además, las empresas comienzan a preocuparse por transmitir que sus instalaciones no albergan crueldad animal. Se está invirtiendo tiempo y dinero en comprender las exigencias y valores de estos grupos de población. No sólo eso, sino que tratan de ofrecer sellos de confianza y seguridad que apoyen sus principios.
El número de restaurantes vegetarianos/veganos se ha duplicado en nuestro país. El desarrollo de estos nuevos productos alimentarios se ha extendido también a comedores universitarios, menús de compañías aéreas y de autobuses, entre otros. Estos ámbitos públicos cada vez presentan una oferta más variada, aunque aún no es completa en muchos de ellos.
Por otro lado, se están explorando territorios nuevos, como lo relativo al mundo deportivo. En un primer momento, parecía incompatible desarrollar este tipo de productos relacionados con el deporte. Las necesidades energéticas que conlleva no encajaban con dietas bajas o libres de alimentos de procedencia animal. Sin embargo, se está encontrando un gran aliado en estos nuevos productos alimentarios concebidos a partir de proteínas vegetales.
La alta gastronomía también se ha sumado a esta tendencia. Con el nombre de ecogastronomía, se están usando producciones ecológicas y responsables que puedan llevar al comensal al punto más alto de placer sensorial y de conciencia.
Este alga es 100% silvestre y localización geográfica donde habita que condiciona su composición nutricional: el mar de Sajalín (Rusia). Gracias a las corrientes oceanográficas que caracterizan la zona, esta laminaria tiene un contenido en micronutrientes, fibra y polisacáridos funcionales. Estas características la convierten en el gran aliado de una dieta carente de proteínas animales. Además, esta materia prima nos ha permitido mejorar perfiles nutricionales como ingrediente tecnológico en muchas de las matrices alimentarias con las que trabajamos a diario. Por su contenido en ácido glutámico (amionácido responsable del sabor umami), es un ingrediente ideal para potenciar sabores y aromas en productos reducidos en sal.
Muy interesante, seguid investigando e informando al consumidor. Gracias